Durante el
siglo XIX Francia e Inglaterra habían sido los países más ricos y poderosos de
toda Europa. Pero después de la
unificación de Alemania, esta se industrializó de una forma extremadamente
rápida, convirtiéndose en el principal rival de estos dos países, haciendo que
estos se unan más; esto provocó la necesidad de los burgueses de expandir su
territorio para poder invertir sus capitales y crecer económicamente, y
lógicamente en estos procesos tenían encuentros con los alemanes que ya habían
pensado en hacer lo mismo. Otro gran dilema que hubo entre estos países y otros
más fue quien se apropiaría de África. Conocido como la disputa por África o
carrera de África.
En 1884 se
convocó a la Conferencia de Bélgica, para discutir este problema. Y es ahí
donde se establecieron las reglas de competencia por las cuales las potencias
debían guiarse en busca de sus colonias.
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